Permite la entrada a tu mente de pensamientos o ideas positivos. Cada vez que un pensamiento negativo viene a tu cabeza, ¡cámbialo por otro!.
Para eso, es preciso mucha Disciplina Mental.
No la adquirirás de un día para otro. Así como un “atleta”, debes entrenarte mucho.
No te quejes. Cuando reclamas, como un imán, atraes hacia ti toda la carga negativa de tus propias palabras.
La mayoría de las cosas que andan mal, comenzaron a materializarse cuando nos lamentamos.
No dejes que interferencias externas se acumulen en tu vida diaria.
Líbrate de rumores, comentarios maliciosos y gente deprimida.
Eso es contagioso...
Sintoniza con gente positiva.
No te enojes con facilidad y no des importancia a pequeñas cosas. Cuando nos irritamos, envenenamos nuestro cuerpo y nuestra mente.
Procura convivir con serenidad y cuando tengas ganas de explotar, cuenta hasta diez.
Vive el presente.
El ansioso vive en el futuro.
El rencoroso, vive en el pasado.
Aprovecha aquí y ahora.
Nada se repite, todo pasa. Haz que tu día valga la pena...
No pierdas tiempo en lamentaciones y preocupaciones, pues sólo traen enfermedad.
Te deseo una vida simple y relajada.