miércoles, 15 de junio de 2011

El Poder del Color Marrón - Frutos que hacen la diferencia


La naturaleza es sabia. Lo demuestra en cada una de sus expresiones. Cada día los seres humanos descubren en ella formas para subsistir, para disfrutar y para sanarse.
Cada uno de estos hallazgos los van enlistado en registros inmortales que sirven de referencia y de evidencia de que la buena salud está al alcance de todos, y más si se encuentra un fruto de color marrón. Es lo que demuestran varias investigaciones, sobre todo porque los fito químicos (sustancias que se encuentran en los alimentos de origen vegetal) no sólo confieren a las plantas sus atractivos aromas y colores, sino que también las dotan de un poder antioxidante y desintoxicate.
Estas propiedades son de suma utilidad para el buen funcionamiento del organismo, ya que ayudan a prevenir dos de los padecimientos comunes en la actualidad: enfermedades cardiovasculares y cáncer, así como otros desórdenes.
En el libro ‘El poder de los frutos marrón', se explica que aunque hay muchas funciones de los fitoquímicos que todavía son un misterio, se ha descubierto -según diversos estudios- que una buena parte necesita de nutrientes presentes en otros alimentos para poder ser absorbidos y utilizados en el cuerpo. Por eso la recomendación de los expertos, en términos de nutrición, es consumir en abundancia frutas y verduras como parte de una dieta diversa. En el caso particular de los frutos de color marrón, los fitoquímicos, especialmente los fenoles, al igual que algunas vitaminas del grupo B y otros nutrientes esenciales, contribuyen a que la piel y otros tejidos permanezcan saludables. También trabajan para reducir el riesgo de cáncer de colon y de páncreas, principalmente, y a mantener en equilibrio niveles de azúcar y de colesterol en la sangre. Algunos ejemplares del mundo vegetal en los que el marrón es un color protagonista son: el tamarindo, la almendra, diversos tipos de nueces, y muchos frutos secos y semillas.

A continuación se detallan algunas de sus propiedades importantes. 
El tamarindo 
El sabor agridulce de este fruto y su aroma profundo lo hacen no sólo atractivo para la cocina, sino que revelan sus enormes virtudes medicinales.
El tamarindo es nativo de África tropical y de Madagascar. Recibe su nombre de la palabra árabe tomar hindi, que significa dátil indio. Su pulpa, suave y ácida, es rica en potasio, vital para el desarrollo de los músculos y, en combinación con el sodio, para mantener el equilibrio del agua en el cuerpo. También contiene altos niveles de fósforo, elemento fundamental para el buen funcionamiento del sistema nervioso; particularmente para la memoria, la coordinación motriz y la función necrológica. Puede emplearse como astringente, desinflamatorio y más. Como un dato útil es bueno saber que la pulpa del tamarindo es un remedio muy eficaz para mitigar el estreñimiento, bajar la fiebre y aliviar los molestosos dolores de garganta.
La almendra
El almendro se cultivaba en Asia, miles de años antes de la era cristiana. La semilla de su fruto es lo comestible. Estas poseen un gran valor calórico, por lo que constituye en un alimento invaluable para consumir en climas o estaciones frías para dar energía, ya que son fuente de proteína vegetal. Dos decenas de almendras representan aproximadamente el 30% del requerimiento diario de vitamina E, otro poderoso antioxidante que evita el envejecimiento de las células, previenen de gran manera la degeneración del globo ocular.
El maní
El maní se cultivó en América del Sur, al parecer en Perú y Brasil, alrededor del siglo II a. C. Es uno de los alimentos de origen vegetal más ricos en proteínas. Es bueno para prevenir la diabetes y el cáncer.

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