martes, 29 de septiembre de 2009

LA VIDA ES SUEÑO

Un nuevo estudio ha encontrado una conexión entra la falta de sueño y los niveles de beta amiloide, la molécula que juega un papel fundamental en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. El estudio, liderado por David Holtzman de la Universidad Washington en San Luis (EE.UU.), aparece publicado en Science.
Tanto en humanos como en ratones, los niveles del péptido beta amiloide [en la imagen] aumentan durante las horas de vigilia y disminuyen durante el sueño, según han podido comprobar los investigadores. También han podido constatar que los ratones a los que se privaba de sueño tenían una tendencia mayor a desarrollar placas (depósitos) de beta amiloide, iguales a las que se encuentran en los cerebros de pacientes con Alzheimer. Aunque no está probado de forma concluyente, estos hallazgos sugieren que los trastornos del sueño podrían ser un factor de riesgo para el Alzheimer. Desde un punto de vista más positivo, también apuntan a nuevas formas de tratamiento. Existen bastantes indicios que sugieren que beta amiloide natural se va acumulando en el cerebro durante muchos años en la gente que termina desarrollando la enfermedad de Alzheimer, comenzando mucho antes de que la persona empiece a mostrar síntomas de pérdida de memoria. Sin embargo, se sabe muy poco de qué factores podrían influir en los niveles de este péptido en el cerebro. Por otra parte un fármaco que bloquea los receptores de las hipocretinas A y B, unas hormonas que ayudan a permanecer despierto y que se producen en el hipotálamo, reducía la formación de placas en la misma cepa de ratones.
Estos hallazgos sugieren que las personas que sufren de privación de sueño crónica podrían tener niveles más altos de beta amiloide, lo que las haría más susceptibles de padecer la enfermedad de Alzheimer.

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